La primera comedia producida por los estudios Ealing estuvo basada en un argumento similar al de "Emilio y los detectives". Un grupo de niños desenmascaraba a una banda de delincuentes, a través de una serie de situaciones tan regocijantes como resueltas con un notable sentido de la observación social. El adolescente Joe Kirby, fantaseando estar tras la pista de unos criminales, descubre para su gran asombro que todo se ha hecho realidad. Hace un recorrido por las historias de su propio cómic. Muy pronto se da cuenta de que las crónicas aventureras del cómic son usadas como una forma de comunicación entre un maestro criminal y su pandilla de ladrones.