Mauritz Stiller, el realizador sueco y mentor de Garbo en sus primeros años como actriz en el cine escandinavo (responsable además del viaje de la diva a Estados Unidos), fue el encargado de dirigir este film, pero poco a poco de comenzar el rodaje fue remplazado por Fred Niblo debido a desaveniencias con los productores. Nunca volvería a dirigir a Garbo y moriría poco tiempo después en Estocolmo, a la edad de 45 años.